martes, 17 de febrero de 2009

Hospital de elefantes.

El hospital de los elefantes desempleados
y explotados.

Un elefante pinta un cuadro en el Hospital de Elefantes de Lampang, (Tailandia). | Efe

Decenas de paquidermos desempleados y explotados

por las mafias encuentran refugio cada año en el Hospital

de Elefantes de la provincia de Lampang, en el norte de

Tailandia.

"La situación de los elefantes en el país se volvió crítica

cuando el Gobierno prohibió la tala de árboles

en 1989 y muchos de estos animales quedaron sin

ocupación", explicó el veterinario jefe del hospital,

Sittidet Mahasawangkul.

En la actualidad, las mafias emplean a muchos de

los paquidermos domésticos en la tala ilegal de

árboles, donde son drogados con anfetaminas para

aumentar su rendimiento y espoleados continuamente

con machetes o fuego.

Huesos rotos, cojera, heridas y ceguera son las

enfermedades que más sufren estos animales,

aunque algunos han sido víctimas de las minas antipersona

abandonadas en la frontera con Birmania, donde se realiza

gran parte de la tala ilegal.

Pero no todos los ejemplares de paquidermo están en

posesión de las mafias. La mitad de los elefantes trabaja

en las plantaciones de caucho y madera de teka

legales que hay en el sur de Tailandia.

También se usan para transportar a turistas.

El creciente sector del turismo también emplea a otra parte

de los paquidermos tailandeses para transportar a turistas

a través de la selva o protagonizar exhibiciones circenses,

donde juegan al fútbol o pintan cuadros.

La presencia de paquidermos desempleados se ha convertido

en una estampa habitual en Bangkok, donde aparecen

al caer la noche en las calles de bares y locales de ocio más

concurridas.

Sus cuidadores o "mahouts" venden caña de azúcar y

plátanos a los turistas, que se las dan de comer a los

animales. El precio de un elefante en Tailandia ronda los

500.000 bat (14.320 dólares ó 10.850 euros), lo mismo

que un coche deportivo.

"Los elefantes pueden desaparecer de Tailandia

en los próximos 30 años. Sólo el esfuerzo conjunto

del Gobierno y de las organizaciones puede evitarlo",

afirmó el veterinario jefe del Hospital.

En Tailandia conviven unos 2.500 ejemplares de

elefantes asiáticos salvajes y más de 2.000

domesticados, que llegan a pesar 3,5 toneladas y

medir 3 metros de largo. Su esperanza de vida es de

unos 70 años.

A comienzos del siglo XX, más de 100.000 elefantes

trabajaban en Tailandia, pero su población cayó

vertiginosamente hasta los 13.397 ejemplares en 1952.

El hospital de elefantes de Lampang se encuentra a

33 kilómetros de la ciudad del mismo nombre

, enclavado en un paraje natural custodiado por montañas

y ríos.

En este momento, el centro trata a unos 14 paquidermos,

mientras que otros 25 se encuentran en el área de

rehabilitación. "La mayoría de los elefantes se

recuperan, aunque algunos mueren cuando se les

infectan las heridas producidas por la cirugía", explicó Sittidet.

Tras la apertura del hospital en 1993, el Gobierno tailandés

decidió ampliar las instalaciones y creó el Centro de

Conservación de Elefantes, que en la actualidad acoge a

otros 30 paquidermos.

La institución cuenta con un dispositivo de emergencia

para rescatar a elefantes o controlar a aquellos que resulten

peligrosos. "Además de un hospital, el Centro de Conservación

de Lampang es un lugar de

investigación y también permite a cualquiera aprender

más de este animal a través del ocio", manifestó Sittidet.

Los turistas pueden adiestrarse como "mahouts" y

dirigir su propio elefante o adentrarse en excursiones

a través de la selva. En el campo de exhibición, los elefantes

demuestran sus habilidades moviendo troncos con sus

trompas, jugando al fútbol o pintando acuarelas en las

que dibujan macetas o incluso se autorretratan.

El centro gasta 652.000 euros (859.000 dólares)

anuales para hacerse cargo de los elefantes, que llegan

a engullir una tonelada de comida cada cinco días.

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