La XIV Conferencia de Cambio Climático (COP14, en sus siglas en inglés) que la ONU organiza en Poznan hasta el 12 de diciembre inició su andadura ayer con el compromiso polaco de reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en un 20% en el año 2020.
Polonia, que produce el 96% de su energía eléctrica a través de centrales de carbón muy contaminantes, es uno de los países de la UE más opuestos a reducir las emisiones de gases contaminantes de efecto invernadero como exigen las directrices de Bruselas, porque considera que su aplicación frenaría el alto crecimiento económico del país. Otros siete países de Europa central y oriental (Bulgaria, Letonia, Lituania, Estonia, Hungría, Eslovaquia y Rumanía) se oponen a los objetivos ecologistas de la UE por los mismos motivos que Varsovia.
Durante una conferencia con motivo de la apertura de la cumbre de Poznan -que reúne a representantes de más de 180 países, organizaciones empresariales y científicas, investigadores, ecologistas y movimientos sociales-, el primer ministro polaco, el liberal Donald Tusk, destacó que el objetivo de su país es «llegar a un compromiso» con los socios europeos para reducir las emisiones de CO2, pero siempre que el objetivo no sea «negativo» para el desarrollo de Polonia.